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Una mujer con un peinado rizado, vestida con una minifalda y blusa con hombreras, pasó cerca de él, abrazando a un chico con una chaqueta estampada y un peinado voluminoso adornado con una banda en el cabello.
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Mientras avanzaba por la pista de baile, Ismael notó que todos estaban vestidos de manera similar; prendas brillantes con estampados llamativos abundaba en el lugar.
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Mientras continuaba avanzando lentamente entre la multitud de personas que se movían al ritmo de la música de Duran Duran, Ismael se maravillaba ante el espectáculo que tenía frente a sus ojos.
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Inmediatamente pensó que debía tratarse de alguna especie de fiesta de disfraces. Sin embargo, al salir al exterior en busca de sus amigos, se encontró con una escena sorprendente. Modelos de autos que evocaban décadas pasadas llenaban la calle. Perplejo, su mirada se posó en un teléfono público de la vereda de enfrente.
Con el corazón latiendo aceleradamente, Ismael giró lentamente el pomo de la puerta del dormitorio, sintiendo una mezcla de miedo y curiosidad por lo que encontraría al otro lado.
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