Mientras su mirada se posaba melancólicamente en el suelo, vio algo inesperado. Una pequeña rana se interponía en su camino. Recordó vagamente las palabras de su abuela sobre el significado simbólico de las ranas, pero la esencia del mensaje se había perdido en su memoria.​
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Ismael decidió seguirla. La rana lo guió hasta un contenedor de basura desbordante. Con determinación, Ismael se adentró en el caos de desperdicio en busca de la rana que parecía evaporarse entre los desechos.
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En medio del caos, una visión cautivadora se reveló ante sus ojos. Una caja, con algo de polvo, emergía de la montaña de basura como un tesoro escondido. Al limpiarla, descubrió que era una caja de juegos. En su tapa, una rana tallada sostenía una ruleta.
Mientras la sostenía en sus manos, un mensaje de texto llegó a su celular.
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